Compromiso social en la Gestión de Compras
- Emilio Massa

- 27 nov 2019
- 4 Min. de lectura

Cuando pensamos en la cadena de suministro, lo primero que aparece de manera espontánea, es la reducción de costes, formas de pago, calidad del producto/servicio y las condiciones de suministro. Todos estos aspectos, por supuesto que forman parte de la gestión de compras, pero hay que ir más allá.
Hoy en día, la integración de prácticas responsables en una cadena de suministro globalizada es parte esencial del enfoque estratégico de la Dirección de las empresas a escala mundial, que buscan incorporar aspectos ambientales y sociales en la relación con todos sus grupos de interés, sin importar el país en el que operen. La responsabilidad de las empresas ha dejado atrás las barreras geográficas, y distintos casos bien conocidos han demostrado que la falta de ética y transparencia en la relación con los proveedores pueden llegar a afectar seriamente a las empresas, perjudicando su reputación.
La compra sostenible o compra responsable materializa el esfuerzo de las organizaciones por lograr una mayor coherencia entre sus diferentes políticas, mejorando su competitividad global y liderando los cambios positivos en las pautas de producción y consumo.
Es difícil concretar en una definición sencilla el concepto de “compra sostenible”. Hablaremos de compra verde, ética, ecológica, responsable, sostenible,... Desde el punto de vista del comprador profesional, debemos entender la compra sostenible como aquélla que tiene su origen en un comportamiento responsable, es decir, aquélla que a los criterios básicos de precio, calidad y plazo añade aspectos éticos, ambientales y sociales.
Para ello es preciso comprender las distintas tipologías de modelos de compra:
- Compra Verde: Se gestiona la compra teniendo en cuenta un objetivo principal, el impacto medioambiental
- Compra Ética: Es un modelo muy focalizado en los aspectos relativos a producción de los bienes como las condiciones de trabajo, los precios, plazos,etc.
- Compra Social: Su variable principal es el impacto que en el entorno social pueda tener la compra en áreas como el desarrollo local, la seguridad, etc.
- Compra responsable: Proceso que realiza la compra, implicando valores éticos que impregnan el proceso de decisión en los ámbitos medioambiental, social y económico
En la búsqueda de la sostenibilidad tenemos que tener en cuenta dos conceptos:
- Enfoque del ciclo de vida del producto

- La gestión de la cadena de suministro

En el ámbito económico, podemos utilizar como principal factor negociable, el precio de compra. Esta negociación puede tener un impacto positivo, alcanzar un buen acuerdo puede permitir al proveedor obtener cierto beneficio que podrá invertir en su empresa generando mayor estabilidad ,mejores condiciones de trabajo, implantación de tecnología… extendiéndose a lo largo de toda la cadena, ya que el proveedor también podrá pagar mejores precios.
Sin embargo, cuando se ajusta en exceso el precio, como consecuencia de un gran poder de negociación, las repercusiones pueden ser negativas para el proveedor, viéndose en ocasiones a reducir salarios, aumento de horas de trabajo, recorte de beneficios sociales, mermas en la calidad, e incluso le puede lleva r a incurrir en infracciones legales
Si hablamos del ámbito social, la variable principal serán las condiciones laborales. Apostar por proveedores que fomentan tener unas condiciones laborales dignas y éticas, es apostar por relaciones más estables, duraderas y reducción de riesgos económicos y reputacionales.
De no tener en cuenta las condiciones laborales en las empresas que nos suministran, podemos favorecer a la existencia de explotación infantil, trabajo forzoso, salarios y horarios ilegales…
Y en el ámbito de medioambiente, es una variable a tener en cuenta en toda negociación, velando siempre por los recursos naturales que nos brinda la naturaleza, el uso y conservación de los mismos, y evitando la sobreexplotación. El cambio climático se origina en gran medida por el efecto invernadero, provocado por la masiva emisión de CO2 a la atmósfera. Si controlamos estas emisiones mediante procesos productivos más eficientes y controlados, podremos reducir estas emisiones.
Y la gestión de residuos, tratando de evitar materiales que no sean biodegradables, reduciendo el uso de productos de un solo uso, logrando una mayor eficiencia en los formatos, y usar el reciclaje como alternativa a la producción. En el caso de la alimentación, actualmente hay mucho desperdicio de producto, debido a las mermas y al mal uso de los mismos. Casi 1/3 de los productos no son aprovechados, y terminan como residuos. Estas cifras son escalofriantes cuando somos conocedores del hambre que pasan millones de personas en el mundo.
Para fomentar la sostenibilidad, cada vez más aparecen normativas con el fin de proteger nuestro medio ambiente, desde un plano legislativo.
También existen certificaciones y estándares , que aunque no son específicos para las compras, se pueden aplicar a ellas:
- Pacto Mundial
- ISO 14001
- SA8000
- AA1000
- SG21
Y los sellos que certifican las buenas prácticas:
- European Ecolabel: Sello de Carácter mediambiental promovido por la UE
- Forest Starwardship Council (FSC): Garantiza que el producto forestal proviene de bosques gestionados según principios sostenibles.
- Öko – Tex 100: Garantiza la ausencia de sustancias nocivas en productos textiles.
- Made in Green: Sello creado por AITEX
- Huella de Carbono: Indica el CO2 que se emite en una producción.
Tenemos que estar concienciados en trabajar todos para un mundo mejor, desarrollando nuestros negocios, pero no a cualquier precio, sino , de una manera sostenible y generando valor para el planeta.




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