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La adaptación al cambio en el área de compras. Una realidad tangible.

  • Foto del escritor: Emilio Massa
    Emilio Massa
  • 7 jun 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 22 jul 2019




Los departamentos de compras están expuestos siempre a cambios continuos, tanto en la estrategia de compras, como en la implantación de los diferentes modelos de gestión, y por ende a las distintas situaciones del mercado y las respuestas del consumidor final.

Todas estas variables que nos pueden afectar en nuestro día a día, exigen por nuestra parte la capacidad de gestionar las emociones encontradas y adaptarse al cambio.



Los Departamentos de compras están siempre expuestos a cambios continuos, tanto en la estrategia de compras, como a las distintas situaciones del mercado, adaptabilidad al consumidor final, implantación de modelos de gestión… Todas estas variables que nos pueden afectar en nuestro día a día, exigen por nuestra parte la capacidad de gestionar y adaptarse al cambio.

Las personas por naturaleza contamos con dos emociones que se convierten en obstáculos a la hora de gestionar un cambio. En nuestra mano está superar estas dos emociones para poder lograr nuestro objetivo de cambio.

Por un lado, el miedo. Es un mecanismo de supervivencia, que nos alerta ante los peligros, y en muchas ocasiones nos llega a bloquear.

También la inseguridad que nos proporciona la incertidumbre es otro factor que nos provoca rechazo al cambio.


“El mundo que hemos creado, es un proceso de nuestro pensamiento. No puede ser cambiado sin cambiar nuestro pensamiento.”


Todos los cambios, experimentan unas fases hasta llegar a ejecutarse por completo. Inicialmente, aparece el rechazo como primera reacción. Lo desconocido nos produce sorpresa e incertidumbre, al no entender realmente el objetivo.

Este miedo nos lleva directamente a una posición de resistencia, miedo a no poder cumplir con las expectativas generadas.

El proceso continúa, y entramos en una fase de exploración, tratando de encontrar la parte positiva del cambio, abandonando el miedo y la frustración, y aceptándolo tanto racionalmente, como emocionalmente.

Finalmente, alcanzamos el punto de compromiso del nuevo proyecto, encontrando el significado del proyecto.

El nuevo proyecto podrá tener mayor o menor éxito en función del número de personas que tengan una mayor aceptación del cambio. Nos encontraremos personas que disfrutan y promueven el cambio, que serán la minoría. Otros entenderán las ventajas prácticas del proyecto, mientras que el grueso del equipo aceptará el proyecto si les aporta una ventaja tangible en su función. Y siempre habrá otra parte que serán los opositores del proyecto. Teniendo en cuenta esta división de percepción, es necesario incorporar a todas las personas involucradas de manera progresiva pero rápida.

Los departamentos de compras deben contar con la suficiente versatilidad para adaptarse a las volátiles situaciones del mercado. Para ello, aceptar un cambio de rumbo estratégico, se antoja necesario en un mundo tan cambiante. La capacidad de adaptación ante nuevas situaciones, y evitar el rechazo a nuevos retos desconocidos, nos ayudará a desarrollarnos profesionalmente.

 
 
 

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